Johannes Vermeer (1632-1675)
«La esfinge de Delft»
Johannes Vermeer es uno de los pintores neerlandeses más famosos del siglo XVII. Es famoso por sus íntimas escenas domésticas con una luz asombrosa. En otras pinturas, como la famosa La joven de la perla y Vista de Delft, Vermeer consiguió crear un ambiente tranquilo y casi atemporal.
Vermeer siempre invirtió mucho tiempo en cada pintura, por lo cual no terminó muchas. Solamente conocemos treinta y seis obras suyas. Vermeer también fue marchante y tasador de arte.
La vida en Delft
Vermeer vivió y trabajó en Delft durante toda su vida. Es posible que fuera aprendiz del artista Carel Fabritius (1622–1654), que también era de Delft, o de Leonaert Bramer (1596–1674). Vermeer era protestante, pero en 1653 se casó con una católica rica, Catharina Bolnes, con la que tuvo catorce hijos. Toda la familia vivía con la madre de Catharina, Maria Thins.
Después de su muerte, el nombre de Vermeer cayó prácticamente en el olvido. Durante muchos años, se pensó que sus pinturas eran de otros artistas más conocidos en la época, como Pieter de Hooch (1629–1684), pero Vermeer fue «redescubierto» en el siglo XIX. El crítico de arte francés Théophile Thoré (1807–1869) se refirió a él como un genio y se aseguró de que recibiera mucha atención internacional, algo que sigue ocurriendo hoy en día.
Pinturas históricas
Vermeer empezó a trabajar como pintor alrededor de 1654. Sus primeras obras fueron pinturas históricas, imágenes de escenas de la Biblia y de la mitología. Se inspiró en pintores de Ámsterdam y Utrecht cuyas obras formaban parte de la pequeña colección de arte de la suegra de Vermeer, así que este podía verlas todos los días.
Para crear pinturas históricas se necesitaba mucho conocimiento y reflexión. Por lo tanto, se consideraban más impresionantes que los paisajes, los retratos y los bodegones, que simplemente imitaban la vida real.
Serenidad
A Vermeer le gustaban las escenas tranquilas y relajadas. En sus composiciones, el tiempo parece haberse detenido un momento y los personajes de sus pinturas suelen aparecer meditando. Las primeras pinturas históricas de Vermeer son distintas de sus pinturas posteriores. Son de gran tamaño, con grandes contrastes de luz y sombras, y los personajes llenan la imagen. Pero el ambiente tranquilo e íntimo que hizo famoso a Vermeer también aparece en sus primeras obras.
Escenas domésticas
Vermeer empezó a pintar sus famosas escenas domésticas en torno a 1656, posiblemente por influencia de Pieter de Hooch. En estas pinturas aparecen una o varias figuras —mujeres, por lo general— haciendo cosas ordinarias, como verter leche, confeccionar encaje, tocar música o leer una carta. Vermeer tuvo mucho cuidado en pintarlo todo de la manera más exacta posible. Incluso las partes de la pintura que se encuentran en la sombra incluyen los detalles más pequeños, algo que le habría tomado mucho tiempo. Son cosas que solamente se ven si se observan las pinturas durante mucho tiempo.
Algo muy obvio de estas pinturas es la luz que entra por una ventana. Además, Vermeer usó muchos puntos de pintura para crear la sensación del reflejo de la luz en la cerámica, el satén o el agua.
El ultramarino
El azul de las pinturas de Vermeer es muy intenso. El pintor utilizó un pigmento especial, el ultramarino, para conseguir ese color, que estaba hecho de un mineral azul brillante llamado lazurita, derivado de la piedra semipreciosa lapislázuli, que provenía de Afganistán.
El ultramarino era muy escaso, así que era el pigmento más caro que se podía comprar en ese momento; era incluso más caro que el oro. El hecho de que Vermeer pudiera permitírselo es un misterio, pero lo utilizó mucho en sus pinturas, y no solo en la ropa, sino también en partes que no se aprecian tan fácilmente, como las sombras.
Las perlas
Las perlas, reales o de imitación, estaban muy de moda en la época de Vermeer. Se pueden ver en muchas pinturas de aquellos tiempos, pero no hay ningún otro pintor neerlandés del siglo XVII que sea tan conocido por pintar perlas como Vermeer. Aparecen en dieciocho de sus treinta y seis pinturas. Además, pintaba las perlas muy bien, con solo unos cuantos trazos del pincel, muy bien ubicados.
Un artista famoso
Vermeer vivió en Delft durante toda su vida y era famoso en la ciudad. El gremio de pintores de Delft lo eligió como líder en dos ocasiones. La única vista panorámica de Delft que se conserva es de Vermeer. A un adinerado coleccionista de arte, Pieter Claesz van Ruijven, de Delft, le encantaba la obra de Vermeer y era uno de sus principales clientes. Tenía aproximadamente la mitad de las pinturas que produjo Vermeer.
La esfinge de Delft
Thoré, el crítico de arte, llamaba a Vermeer «La esfinge de Delft» por lo poco que se sabía de él en el siglo XIX. Vermeer sigue siendo una figura misteriosa en la historia del arte y los investigadores siguen estando muy interesados en su forma de trabajar. De forma deliberada, Vermeer omitió ciertos detalles que uno esperaría encontrar. Sus contornos aparecen esbozados y utilizó muchísimos puntitos de pintura para sugerir el reflejo de la luz. Debido a esta técnica pictórica tan poco habitual, los expertos se preguntan si pudo haber utilizado algún equipo especial, como una «cámara oscura»: una caja en la que se podía proyectar una imagen del mundo exterior. Sin embargo, ¿necesitaría un equipo así un artista que era tan bueno pintando la perspectiva y la luz?